Irradia ilusión, valentía, sueños cumplidos, y muchos proyectos por realizar. Irene Belenguer, no para. Un día dejó su carrera audiovisual por y para sus pequeñas creaciones. Hoy son ya grandes obras de arte en muchos ojales. Y es que Las Minimís, como las bautizó hace ya 4 años, tienen mil caras. Las hay estrellas de cine, personajes de cuentos infantiles, personalizadas, parejas de novios, y todas son especiales y únicas.
-De dónde viene tu pasión por los broches, botones y telas?
Supongo que desde que nací. Mi abuela y mi tía eran modistas, y mis hermanos y yo tuvimos la suerte de disfrutar mucho de ellas. Vivían en el piso de abajo , y pasábamos gran parte del día con ellas, no por obligación, ya que mi madre no trabajaba, sino porque las adorábamos, y ellas a nosotros. Eran maravillosas. Siempre he dicho que he tenido la suerte de tener tres madres. Ahora sólo me queda una, mi madre de verdad. Hablo de ellas y me emociono, son tantos recuerdos… Bueno, el caso es que siempre andábamos metidos en su talleret a su ladito, ellas no paraban de trabajar (mi tía tuvo una clienta hasta casi los 90 años!!!) y nosotros, a su lado, sentados en las sillitas de enea, jugando con las cajas llenas de botones, con los cajoncitos de la Singer llenas de hilos o simplemente, con una telita que nos daban, aguja e hilo, dando pequeñas puntadas, supongo que en plan imitación.
-Cómo nacen las Minimís?
La primera Minimí o muñeca, ya que aún no tenían nombre, nace en Barcelona, allá por el 2008. A mí siempre me han gustado las manualidades, y desde los 13 o 14 años realizaba mis propios complementos, collares y pendientes, deshaciendo collares que ya no utilizábamos o comprando abalorios en las tiendas especializadas de Valencia. Ya en la Universidad, empecé a extender el negocio y me puse a venderlos, era un hobby del que podía sacar partido. En uno de mis viajes a Barcelona compré unos fieltros de bonitos colores y diferentes grosores, sin saber muy bien qué hacer con ellos. Tiempo después, mi trabajo en el audiovisual hizo que me trasladara a esta ciudad. Me llevé los fieltros y los abalorios conmigo. Como al principio no tenía muchos amigos, pasaba mucho tiempo en casa, así que un día, cogí los fieltros y empecé a recortar. Salió una muñeca con la cara verde pistacho, el pelo rojo y el vestido azul. No sabía coser, los ojos eran dos cruces y una raya la boca. No tenía brazos ni piernas, vamos, que daba pena! La guardé. Y un día que alguien la vio me dijo que era bonita y que siguiera haciendo y que las perfeccionara.
Las llevé a mi trabajo, con una gran cantidad de mujeres, y tuvieron mucho éxito. Algunas de mis compañeras empezaron a decirme que querían tal muñequita, pero con el pelo del color del de ellas o con los ojos azules o verdes… Creo que así empezó la personalización.
En una reunión con amigas, les pusimos nombre, las Minimís. Mi minimí, tu minitú.
-Participas en el Pulgas Mix en su décimo aniversario, habías venido antes?
No, era la primera vez que venía. Había ido como visitante, pero nunca como expositor, y la verdad es que ha sido una experiencia más que positiva. Ha venido muchísima gente a visitarnos. Creo que en Barcelona tenían muchas ganas que volviéramos.
-Cómo defines este festival de moda y nuevas creaciones?
Bueno, pues como muchos otros que han surgido en los últimos años, es un lugar que nos permite dar a conocer nuestro trabajo a la gente de la calle, relacionarnos con ellos. Cuando tu negocio es online y todas tus relaciones son virtuales, la verdad es que tener contacto directo con el cliente se agradece mucho. También, es un lugar donde se crean muchas sinergias con otros diseñadores. Muchos nos conocemos porque vamos de feria en feria, aunque siempre hay alguien nuevo que conocer. Yo, a día de hoy, tengo muchos nuevos buenos amigos diseñadores/artesanos que he conocido a través de estos espacios. Se genera amistad, networking y mucho compañerismo, todos tenemos las mismas inquietudes y las mismas preocupaciones.
-Qué les dirías a la gente que tiene ideas pero no se atreven a lanzar una creación?
Que actúen, que investiguen, que lo realicen. Hoy en día tenemos muchas herramientas a nuestros alcance, gratuitas, que nos permiten dar a conocer nuestro trabajo. Una de mis frases favoritas es: «Quien no arriesga no gana… » No me gusta la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si…? Hazlo, y lo comprobarás. No hay nada que perder.
Eso sí, antes hay que pensar bien las cosas, yo tardé mucho en decidirme. Al final, dejé mi trabajo en el audiovisual, he de decir que me renovaron contrato, y al día siguiente fui a mi jefa y le dije: “No quiero seguir aquí, quiero apostar por mi proyecto personal, creo que seré más feliz”. Me apoyó mucha gente.
Una cosa muy importante es que la idea sea original. Deben ser tus ideas, debes ser original. Copiando patrones de otros no se llega a ninguna parte.
– Una parte del festival ayuda en la recogida de alimentos,Tu Minimí más solidaria? Si aún no la has creado tienes en mente hacer alguna?
Hemos realizado varias acciones solidarias. Colaboramos con la Asociación de la lucha contra el cáncer, todos los años. También hemos donado muchas Minimís que se fueron a la India con una chica que se iba de voluntaria. Ella les iba regalando a los niños que se iba encontrando por el camino una Minimí. No tengo foto, me encantaría poder ver una foto de una niña de grandes ojos negros feliz con su regalo. La última acción, la colaboración con una ONG que trabaja en Madagascar. Hemos donado bastantes Minimís para un mercadillo solidario que se encargará de recaudar fondos para crear escuelas. Aún no he hablado de este proyecto. En breve sabréis más.
–Las Minimís sueñan, ríen, van al cine y de boda, en momentos tan difíciles para el país, la creatividad y la imaginación son un revulsivo al tiempo gris?
Pues puede ser. Yo creo que más que gris el presente está negro, y el futuro más aún, pero no podemos hundirnos, debemos ser fuertes y aguantar estoicamente hasta que todo pase. Yo he notado mucho la crisis respecto a otros años. Vivo del sector regalo, el sector “capricho” y hoy día no nos podemos permitir muchos caprichos, eso se acabó, sólo podemos permitirnos las necesidades básicas, y veis que me incluyo, no hablo de terceros. Nos está tocando a todos. Por ahora puedo sostenerme, y pienso luchar por seguir haciéndolo. Un día soñé y quiero seguir soñando. Una vez una clienta, convertida en amiga, escribió un cuento en la que me daba un papel protagonista, acaba con la siguiente frase: “…recordar cada día que fabricar ilusiones para los demás es un trabajo importante.”
Lo he releído para citar la frase y no puedo evitar que se me pongan los pelos de punta. No me considero fabricante de ilusiones, pero vivo inmensamente satisfecha de haber apostado por este proyecto, y haberme encontrado por el camino a tanta gente que le gusta mi trabajo y que me dan tantas muestras de afecto.
Os dejo el link del cuento, la escritora Susana, una gran Cuentahistorias.
http://susanarodriguezcuentahistorias.blogspot.com.es/2011/07/haciendo-munecas.html
-Has exportado tus Minimís? Cuál ha sido el sitio más remoto dónde han llegado?
Hay Minimís en varias partes del mundo: Australia, Taiwan, EEUU, Venezuela, Uruguay, Chile… Y seguro que más sitios que no sé. Muchas gente me encarga para regalos, y son ellos los que se encargan de enviar a sus seres queridos que se encuentran lejos.
-Qué nuevas colecciones de Minimís están por llegar?
Ufff! Muuuchas! Mi cabeza no para. Encuentro la inspiración paseando por la calle, cruzándome con una persona que pasa por mi lado. Tengo una desde hace semanas que me ronda por la cabeza, pero mejor esperar a que la tenga hecha!
-Para ti, La Vida en mayúsculas sería….
La que tengo ahora mismo, rodeada de mi familia y amig@s, y de mis Minimís, por supuesto. Quizás trabajando un poco menos, ya que las jornadas que me meto no son normales, y así poder disfrutar más de toda mi gente.
http://lasminimis.com/
Entrevista y fotos Irene Belenguer de Vanessa Castillejo està subjecta a una llicència de Reconeixement-NoComercial-SenseObraDerivada 3.0 No adaptada de Creative Commons